Artículos

Si bien es cierto que, en la actualidad, con los avances tecnológicos cualquier trámite puede hacerse desde el dispositivo que dispongas – teléfono móvil, Tablet, notebook, etc. – y esto incluye la solicitud de un préstamo o un crédito, no es menos cierto que algunas solicitudes que involucran un pedido de dinero, requieren el cumplimiento de algunas formalidad como ser la de presentar una carta de solicitud de crédito, que permita iniciar el trámite ante un particular, entidad financiera o banco. Acá te acercamos algunos tips y consejos que te faciliten la laboral, al momento de redactar tu solicitud de crédito.

A pesar del surgimiento de numerosas alternativas de comunicación, desde el correo electrónico para acá, la redacción de una carta formal adquiere una importancia relevante entre la correspondencia comercial, institucional, etc. La redacción de cartas formales debe ser comprendida como instancia de las relaciones entre personas, empresas, instituciones estatales y por ello la importancia que adquiere su correcta redacción. En este artículo pretendemos abordar algunos consejos para que nuestras cartas formales, cumplan cabalmente sus objetivos.

En ocasiones, nos vemos ante la situación de tener que presentar una carta de renuncia al empleo. Y podemos asegurarte que este tipo de cartas no son sencillas de escribir. No importa si es una renuncia irrevocable o algo acordado. Renunciar a un trabajo supone una carga emocional importante y no siempre es necesario que eso se vea reflejado en una carta de renuncia al trabajo. Por eso, te acercamos algunas sugerencias para que este momento de tu vida laboral sea un paso saludable en tu carrera.

Durante las últimas décadas, y como parte de una política institucional o empresarial de incentivos laborales, en muchos espacios de trabajo se instrumentó el otorgamiento del honor como “Trabajador(a) del Mes” a favor de algún(a) empleado(a).

En cualquier institución o empresa sucede que, más temprano o más tarde, observamos la marcha de la persona que, durante algún tiempo, ejerció la jefatura máxima del organismo o dependencia donde trabajamos bajo sus órdenes e instrucciones. ¿Cómo lo despedimos?

Siempre nos están cobrando por escrito. Basta observar el recibo mensual de cualquiera de los servicios públicos que cubre el hogar o la empresa para constatarlo. Pero recibir una carta en actitud de cobro por otras deudas no es frecuente.

Bastó que en su historia los seres humanos superaran la etapa “ágrafa” en las comunicaciones para que, a no mucho andar el tiempo, apareciera la carta en cualquier formato escrito. Aunque dicen que “la mejor carta es hablarnos”.

En la mayoría de las circunstancias, este tipo de carta no debe llevar los mismos datos de estructura o formalidades propias de la comunicación ordinaria emitida por una empresa o institución, incluso si es de orden personal o familiar.

El mensaje de una carta de referencia personal tiende a ser de carácter genérico en la medida que, por separado, puede ser remitida a distintas instancias o personas (como la de recomendación) y, además, guardada para futuros usos similares.

A menos que la intención expresa o tácita de una carta sea de orden informativo, al plantear una queja o reclamo, denuncia, exigencia, acusación o situación similar, el remitente debe expresar su petición al respecto. Esto último no se “sobre-entiende”.

Dados por hechos el membrete, fecha de emisión, numeración, destinatario(s), saludo inicial y antes de la resolución final (o solicitud concreta), despedida y firma de una carta, está su desarrollo. ¿Qué aspectos debemos exponer allí y en cuál orden?

Difícil calificar una carta como algo “informal”, así exprese solo el saludo de un ser humano ante otro. Dejar ese gesto escrito es ser formal y punto. Si hablamos de instituciones o empresas públicas o privadas, pues con más razón.