La carta de recomendación no es tan genérica

La persona que elabora una carta de recomendación, parecida en algunos aspectos a la de “referencia personal”, algunas veces procura que la primera experiencia sirva como modelo para la futura emisión de otras comunicaciones del mismo tenor.
La carta de recomendación no es tan genérica

Pero, como todo “modelo”, quien lo usa debe estar prevenido ante el imprescindible cambio, entre una carta y otra, de los datos personales correspondientes a cada recomendado, no vaya a ser que cualquier acción u omisión en ese orden anule el trámite (lo que resulta más que seguro), con los consiguientes gastos en tiempo, esfuerzo humano… y material, tan costoso este. La carta de recomendación es formal; no se trata de presentar al recomendado ante un familiar en la antesala de una fiesta. Así, en su texto deben evitarse, de todas las formas lícitas posibles, los tratamientos personales o extremos por confianza, tales como referirse al recomendado como “mi hermano”, “amigo”, “pana burda”, “compadre”, etc., lo que, además, relaja aquel carácter formal.

            Siguiendo la estructura clásica de la carta, la de recomendación tendrá que llevar la fecha de emisión. Como destinatario, es preferible identificar a un individuo concreto, organismo, empresa o institución específicas (aquí no es tan sugerente darle carácter genérico a este aspecto). El saludo es más que obligatorio en este caso; recordemos que procuramos “abrirle puertas” a la persona portadora o sujeto de la recomendación. Este debe ser identificado en el desarrollo de la carta con su nombre y apellido completos, número del DNI (documento nacional de identidad, cédula o pasaporte), domicilio exacto (en algunos casos es necesario agregar la fecha y lugar de nacimiento, así como la edad cumplida y el estado civil), oficio y/o profesión, destacando la experiencia o trayectoria que posee en el ejercicio de este, aportes, creaciones, inventos o capacidades. No debe ahorrarse nada al facilitar datos personales ni al destacar las cualidades o méritos del recomendado. En la despedida, el remitente debe pedir se tome en cuenta a su recomendado para ejercer la misión que le competa… dando las gracias de antemano.

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