
Como referencia personal, mejor una carta genérica

Se estila titularla, luego del logo y/o membrete y fecha de emisión, con una frase más o menos común a todas ellas: “A QUIEN PUEDA INTERESAR”, lo que ya le otorga el referido carácter genérico a la comunicación, un carácter que es, ante todo, sinónimo de versatilidad, buscando así adaptar el mensaje que ella contiene a cierta diversidad de destinatarios. Por ello es que, a veces, no es tan recomendable “condenar” una carta de referencia personal insertándole en su presentación a un destinatario específico. Arriba se alude a “logo y/o membrete” por cuanto, quien emite este tipo de carta, pudiera ser una institución o empresa (persona jurídica), como también ser aplicada más que todo por personas naturales, asunto este que se constata con frecuencia desde ámbitos sociales más comunales, en trámites menores, pero así mismo para tratar de obtener un empleo en cualquier variedad de empresas o instituciones.
De esta forma, luego de la fecha, membrete / logo, destinatario genérico y la frase aquella, sin el clásico saludo el texto del desarrollo en la carta de referencia personal entra exponiendo, de forma explícita, que el remitente “conoce de trato y vista” al portador de la misiva, aludido en esta, identificándolo con sus datos personales más básicos (desde el nombre y apellido completos hasta su número de identidad personal), así como que otorga o da fe de la conducta ejemplar del mismo. Si la carta es emitida, por ejemplo, por una institución bancaria, esta agregará que el cliente en cuestión no posee deudas pendientes con la entidad y que siempre ha cumplido en su trato con ella. El remitente también debe exponer sus datos personales más básicos. Alguien ha dicho que esta carta busca demostrar que te has relacionado con otras personas o instituciones, que te conocen y comportas bien.
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